La 10k del roscón

la_hansen
Atletismo
16/02/2016

Hasta la fecha, yo no había corrido una 10k en sentido estricto. Bueno, puestos a ser sinceros, sí que había hecho un par de veces la nocturna de Cadrete, que al final son unos 10 km pero de subida y bajada a las Planas. Los había hecho de aquellas maneras, ya que no llevaba entreno ni nada que se le pareciera remotamente.

¿Qué ritmo marcar para una 10k, cuando has empezado al revés del mundo, en carreras largas? La verdad que en los días previos los nervios se me comían. Ya no sólo eso, mi vida era un pu** cacao maravillao y no sabía cómo iba a llegar. Por no hablar de un catarro bastante simpático, toses a tutiplén incluidas, que llevaba arrastrando desde Robres y que me impedían respirar en condiciones. La cosa pintaba bastos, como suelen decir.

Lo mejor de todo era que por fin, después de dos meses, iba a poder estrenar los colores del club. A mí me hacía una ilusión tremenda, la verdad. ¡Un “clú”! Sí señor…

Llegué al parque del agua con bastante antelación, para hacer los trotes previos como buena pupila aplicada, y por supuesto, la foto de rigor con el club. Teníamos a dos liebres de lujo, Jorge el Heavy como liebre de 40 minutos, y Quique Hipster, la de 45 minutos.

Días atrás, consultaba a Iván cuál podría ser mi objetivo. ¿Seguir al heavy hasta reventar?¿Seguir a Quique y subir ritmo? No tenía referencias, salvo las carreras cortas que había ido haciendo últimamente. Me aconsejaba seguir a Quique y de ahí ir en progresión. ¿Sería capaz?

Después de ver a mis andandaeh, a Jorge el coletas y a Iván, me sumergí entre la marabunta, con mis camisetica del club y pantalones cortos, por supuesto, que no hay que ser dominguera, jajajaja, y ahí me decidí. Me iba a ubicar entre Jorge y Quique, e iba a intentar que Quique no me alcanzara. Era ambicioso, pero quería intentarlo.

Dieron la salida y salí embalada cual locomotora. Iba siguiendo a Jorge de cerca, y de hecho el primero km me salió bastante rápido para mí, un poco por encima de los 4 minutos. Yo intentaba concentrarme en mi respiración, mucho, porque con la tos y los mocos que llevaba, la cosa no estaba para tonterías.

Concentración, mucha concentración. Iba con mi reloj castaña y simplemente iba vigilando la hora que era cada vez que pasábamos un km. Quique no me alcanzaba, pero Jorge se iba alejando, como era lógico y normal (mi velocidad media punta fueron los 4:09 de la San Silvestre de La Puebla y aquello fue reventar el bazo, prácticamente).

Y yo seguía concentrada, muy concentrada, zancada a zancada… Me pasaron Diego y Tony, los saludé, y seguí a lo mío…

Aquí justo en el momento en el que adelantaba a Harry Potter

Así poco a poco fuimos completando los km… Y ya casi veía línea de meta. Intenté apretar en los últimos metros, porque veía que el crono no había alcanzado los 45 minutos… y sí, lo conseguí. Atravesé meta en  44:19. Me sentí muy satisfecha y muy contenta. ¡Lo había logrado! El sub 45 que me propuse se había materializado.

Me encontré con mis andandaeh, y me dijeron que había sido la décima de las chicas. Yo no sé si eso era bueno o malo, yo sólo sabía que lo había logrado y en esos momentos me sentí muy fuerte. Vi materializado en resultados el esfuerzo de los entrenamientos, y la felicidad era inmensa.

Definitivamente, me había convertido en Vinagre Hansen…

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