Maratón Martín Fiz de Vitoria

Tricas
Atletismo
17/05/2016

Tenía muchas ganas de participar en el "Maratón Martín Fiz de Vitoria" por lo bien que me habían hablado de él, por su ubicación perfecta en el calendario y sobretodo por que lo organiza uno de mis ídolos del atletismo. La cita se antojaba perfecta para intentar atacar esa barrera mítica que es bajar de 3 horas.

Después de acabar la "Maratón de Tarragona", centré todos mis entrenamientos en preparar la cita vitoriana, tenía por delante 3 meses para conseguirlo. Todo esto es muy fácil sobre el papel, pero luego el día a día se va complicando. Mis participaciones en diferentes ultras ( III Ultra Nogueruelas y la XV Jorgeada) hacían que todo el planning se desbaratara, pero mi ilusión seguía intacta.

En principio iba a participar junto a mis compañeros Chevy y Javi de ANDANDAEH, pero por diferentes lesiones no pudieron asistir así que me tocaba afrontar en solitario la aventura. Me desplacé el sábado a Vitoria para recoger el dorsal, conocer la ciudad y para poner el broche final al día, proyectaron la película FIZ: PURO MARATÓN, una trayectoria a la vida de este gran atleta que sin duda te emocionará. Visionado obligatoria para todo amante del atletismo.


El domingo amaneció con una fina lluvia que hacía presagiar la dura mañana que íbamos a pasar. Mi idea era ir con la liebre de 3 horas, un reto importante y complicado debido a mi mejor marca (03:11:47:00) pero me decía - Si no lo intento, nunca sabré hasta donde puedo llegar - . Prefería pinchar que empezar prudente y luego acabar con la sensación de que lo había podido hacer mejor.

En el kilómetro 2 oí una voz detrás de mi que decía: ¡Mira ese mañico, me voy a juntar con el! Era Iker, compañero de Corredores del Ebro. Que alegría te da cuando estas lejos de casa y te encuentras con caras conocidas. La verdad que ese día Vitoria estaba llena de aragoneses. Y así fueron pasando los primeros kilómetros de charrada y muy cómodo.

Pero todo no iba a ser positivo, según avanzaba la prueba, la fina lluvia pasó a ser abundante. Notaba que pesaba 3 kilos más y estaba completamente empapado de arriba a abajo. ¡Que bien me hubieran venido unos miniparabrisas en ese momento! La prueba reina siempre depara sorpresas y en este caso la invitada especial era la climatología.

Hasta el kilómetro 30 las sensaciones eran perfectas a pesar del ritmo exigente de la liebre, íbamos casi 2 minutos por debajo del reto. Me imagino que esto estaría pensado para cuando vinieran las vacas flacas, tuviéramos un colchón suficiente para poder afrontar el último tramo. Y madre mía si vinieron las vacas flacas....¡Un ganado entero!



A partir de aquí tocaba desempolvar la cabeza, las piernas iban muy justas así que el motor principal pasaba a ser la mente. Mi compañero Iker se fue descolgando y al rato, el siguiente en caer fui yo. Poco a poco la liebre se alejaba en el horizonte. Me quedaba la esperanza de que la carrera discurría por largas rectas y el grupo siempre lo tenía a la vista. Había que cambiar de estrategia, lo que antes consistía en dejarme llevar sin mirar nunca el reloj, ahora pasaba a cumplir pequeños retos, kilómetro a kilómetro, como diría Simeone si se dedicara a esto.

Solo quedaban 5000 metros y empezaba a salir el sol. La afluencia de público aumentaba también pero lo que me dio un extra de fuerzas fue ver al gran Juan Romero, una referencia en el atletismo aragonés, parar y darme ánimos. Entrabamos en el centro de la ciudad y un ciclista me dijo que aún estaba en tiempo de hacer Sub3. Mi cabeza quería, pero las piernas no daban para más, decidí disfrutar del kilómetro final, ya habrá nuevas oportunidades. 

La recta final fue espectacular, todo el público animando, yo exultante al ver el marcador eléctrico, en la linea de meta esperando el mismísimo Martín Fiz, entrando en la alfombra azul la alegría me desbordaba. Paré el crono en 03:01:40:00. No me lo podía creer, había estado a punto de conseguirlo contra todo pronostico. Ha sido una de las entradas en meta más espectaculares que he vivido hasta el momento.



Una vez pasada la emoción inicial, pasas a analizarlo y se te queda una espinita clavada. Es como conseguir un cuarto puesto, la medalla de hojalata. Se que era un reto muy complicado pero tocarlo con los dedos y estar a punto de conseguirlo te deja un regusto un poco amargo. No obstante, esto no tiene que empañar los grandes momentos que he vivido en Vitoria y se que lo tengo en mis piernas, sin duda en la "Maratón de Zaragoza" lo conseguiré. Ningún sitio mejor que en mi casa para llevarlo a cabo.

La organización muy buena. Lo único que hubiera puesto la feria del corredor el día anterior y no al final de la carrera, no estaba yo para muchos trotes en ese momento. La afluencia de público escasa salvo en los kilómetros finales, me imagino que sería por el día tan nefasto que nos acompañó. en este sentido, los mañicos nos debemos sentir orgullosos porque los grupos de animación que tenemos son espectaculares. Dar la enhorabuena a todos los valientes que afrontamos la distancia reina, dar las gracias a los chicos de "Pensión la Paz" por el gran tato recibido. Y por último, dedicarle esta carrera a mis compañeros Chevy y Javi, que fueron los que me liaron...¡Me debéis una maratón!

!Va por ti PRIMO! 

Tiempo: 03:01:40
Clasificación general: 89
Participantes que acabaron: 883

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