El año pasado, aunque estaba con sueño, subí con menos calor. No es lo mismo subir a las 6 de la tarde que a las 3 y pico, y se notaba.
El año pasado, aunque estaba con sueño, subí con menos calor. No es lo mismo subir a las 6 de la tarde que a las 3 y pico, y se notaba.
Vaya por delante, que diría Jordi el de mi club, que es cierto que, hace un año, y ante mi neutralización en UTMB, dije “no vuelvo en mi put* vida”
La maratón de Vielha Molières ya la conocía porque mi compañero Gorka, del Andandaeh, la había hecho, y ese mismo año la hizo también mi amiga Rosa Ruiz.
Las carreras de Bronchales ya las conocía de hace un tiempo. A la maratón de finales de junio ya le tenía ganas, el año pasado estuve a punto de apuntarme, pero al final fui incapaz de encontrar alojamiento en un radio de distancia razonable, y lo descarté.
La ultra de Andorra no estaba entre mis planes, ni pasados, ni presentes, ni futuros.
La Ultra Perimetrail de Nueno era una de mis pendientes, la tenía en el ojo desde su arranque post pandemia. Ana del Molino había hecho un par de ediciones, y yo la verdad que le tenía ganas.
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