Gran Trail Aneto-Posets

Jordi
Carreras de montaña
08/09/2015

Vaya por delante que como experiencia ha sido única. Esta vez, contrariamente a lo que ocurrió el año pasado,  sabía a lo que me enfrentaba: a una prueba que me obligaría a estar en marcha alrededor de 35 horas. Y sabiendo esto de antemano, no ha sido tan difícil completarla. No lo considero una carrera de montaña. No es “Trail Running”. Quizás para los corredores de élite sí, pero para mi ha sido una larga travesía de alta montaña durante la que habré corrido entre un 20 y un 30 por ciento del recorrido (siendo generosos).
Este año formamos un equipo de tres, con la intención de mantenernos juntos hasta el final. Gorka, Ángel y yo nos propusimos acabar el Gran Trail  independientemente del tiempo empleado.  Íbamos a salir el viernes a las doce de la noche y teníamos tiempo hasta el domingo a las dos del mediodía. Nos daban un máximo de treinta y ocho horas para completar los 109 km y los 7000 metros de desnivel positivo acumulado que dan la vuelta al Aneto y después al Posets.


Llegamos a Benasque a media tarde. Recogida de dorsal, charla técnica previa a la carrera, una pizza tamaño XL para cenar, cambiarnos… y a las once y media de la noche nos dirigimos hacia la plaza, donde se iba a dar la salida. A menos cuarto ya estábamos listos y con los típicos nervios previos, saludando, vibrando, saltando...3….2…1… go!  Y nos vimos saliendo de Benasque cruzando calles abarrotadas de gente gritando, aplaudiendo, animando, haciendo fotos…. Una vez más se me erizaron todos los pelos del cuerpo. La misma gente que nos despedía probablemente sería la misma que nos recibiría muchas horas después por las mismas calles. Entre estos dos intervalos, ellos posiblemente saldrían a tomar algo, se acostarían, se levantarían, harían algo por la mañana, el vermouth, comer, siesta, ver una película, ir de compras, quedar a cenar, salir por la noche, dormir, desayunar…  Nosotros no. Nosotros andar, andar y andar. Subir collados y bajar a valles. Y a ratos, correr.


En nada estábamos en la carretera que nos alejaba de la civilización. Los primeros kilómetros los hicimos con Javier Ortega, de los Corredores del Ebro. Pronto se nos fue. ¡Está realmente fuerte! Nosotros tres, a nuestro ritmo. La primera parte de la prueba no se me hizo nada pesada. Al igual que el año pasado pasamos por la Renclusa sobre las 03:15,  llegamos al collado de Salenques sobre las 06:30 y a la presa de Llausets a las 11:15 de la mañana. En este avituallamiento nos trataron como a reyes. Manu Villanueva me vio y me cubrió con una manta mientras me daba un caldo y me decía: “con lo sudado que vas, no te vayas a enfriar!”. ¡Gracias majo! Repusimos fuerzas y nos lanzamos hacia el último collado de esta primera fase de la carrera: Vallibierna.


Hasta este punto no había pensado mucho. Iba bien, y simplemente me había dejado llevar. Pero la subida que me tocaba ahora es la que el año pasado se me atragantó, hasta el punto de decidir abandonar. El año pasado se me hizo tan dura y pesada que mientras subíamos nos dijimos que llegaríamos a Benasque y nos retiraríamos. Nuestra cabeza se rindió en durante esa subida. Este año no podía repetirse. Me puse los auriculares (primera y única vez en todo el fin de semana) y empecé a subir. Esta vez no se me atragantó y en una hora y cuarto llegamos al collado. De allí hasta Benasque 21 km y 1800 de desnivel negativo. En una hora abandonamos el terreno de alta montaña, los grandes bloques de granito, las pedreras… y empezamos a pisar terreno más agradable. Íbamos bien físicamente y bien de tiempo. Llegamos al refugio de Coronas y Gorka nos dijo que las ampollas en los pies le estaban matando. Desde allí hasta Benasque pese a ser pista y bajada corrimos poco. Queríamos llegar al punto medio de la carrera los tres juntos y así lo hicimos. Gorka iba bastante tocado, pero confiaba en que una ducha y una cura le permitirían seguir. Cruzamos la mitad de la carrera según el tiempo previsto y  en el pabellón de Benasque nos duchamos, nos cambiamos de ropa, comimos y descansamos unos minutos. Y sin plantearnos otra opción, empezamos la segunda parte de la prueba. Eran más o menos las cinco y media de la tarde. A los pocos metros Gorka nos dijo que no podía seguir. Las ampollas de los pies le dolían una barbaridad, y quedaba mucha tela por delante. Nos dimos un abrazo, un emotivo abrazo y nos deseó suerte. Seguimos Ángel y yo dirección Cerler. La bajada de Cerler a Eriste la hicimos corriendo, soltando piernas, como hacía horas que no lo hacíamos.


Y a partir de aquí, empezó la prueba de verdad. Nos quedaban cerca de 3000 metros de desnivel positivo y unos 42 kilómetros. Otra noche por delante. Y todo ello llevando ya lo que llevábamos a nuestras espaldas (y no me refiero a la mochila).
Para afrontar esta segunda parte hicimos grupo con Tai, Víctor, Diego y Carmen. Con los tres primeros nos juntamos nada más iniciar el ascenso. Con Carmen, a media subida hacia el refugio de Ángel Orús. Ya no nos separaríamos hasta la meta. Llegams al refugio, paramos unos 15-20 minutos e iniciamos la subida hacia el collado de la Forqueta, a 2868 metros. A mi me empezó a entrar sueño. Desde las siete de la mañana del viernes habían pasado unas 40 horas, y eso empezaba a pesar. Subía mirando al suelo, iluminando las piedras con el frontal. En cada piedra veía una forma, un dibujo, una cara…


Es curioso como la cabeza va funcionando cuando llevas tanto sin dormir. Las sombras, nuestras propias sombras generadas por el frontal de algún compañero que iluminaba a otro, parecen bichos que pasaban rápidamente. Cualquier matojo o rama parece una persona, un animal… y conforme avanza la noche la sensación de sueño aumenta. No la de cansancio, sino la de sueño. Pero la parte que queda consciente te dice que no puedes parar, que hay que seguir, y así lo haces. Avanzas, pero tienes micro-cortes neuronales. No procesas todo lo que pasa. Es posible que mirando los pies del de delante te pierdas uno o dos de sus pasos, como si hubiera mini-saltos en el tiempo.  Y tu sigues. Subiendo, ganando altura, para posteriormente bajar y seguir. Piensas que cerrando los ojos media horita se arreglará todo, y posiblemente así sea. Pero decides seguir. En el fondo, no vas conduciendo un coche. Una distracción no derivará en accidente de tráfico, sino como mucho en un tropezón. Y de repente, se te pasa un poco esa sensación y revives, y sigues como si nada hasta la próxima mini-crisis onírica.
Y así seguimos hasta que salió el sol. Vimos el segundo amanecer de la carrera poco antes de alcanzar el último collado, el que nos situaría a 15 kilómetros de la meta. Tardaríamos casi 4 horas en completar ese tramo final. La entrada al pueblo coincidía con la franja horaria de, por un lado el final de las dos pruebas que se disputaban en domingo por la mañana, y por otro con la hora del vermut. Las calles estaban llenas y la plaza también. Anunciaron por megafonía nuestra llegada y completamos los últimos metros antes del arco de meta rodeados de gente, de gritos y de aplausos. Entramos los 6 cogidos de la mano con un tiempo de 35h11m. Nos habíamos visto por primera vez la tarde anterior y parecía que llevábamos varios días juntos. Chicos, un placer haberos conocido.

Y después de esto, ducha y ensalada + hamburguesa recién hecha a la barbacoa en casa de Gonzalo. (gracias por tu acogida) 

Este año si: ¡Prueba superada!

con Angel y Gorka, frente al arco de salida y llegado 




todo liso para la salida



sale el sol, el sábado por la mañan



un collado, y tras este... otro y otro y...



selfi!



En Llausets. Nos cuidaron muy bien. 



Listos para salir. ¡Gracias Manu!



Refugio de Angel Orús. 



Otro selfi! 



Hacia el último collado.



Camino


Con Angel. Esto está hecho



Buen grupo para pasar la segunda noche!



últimos kilómetros hacia Benasque



Cerveza post-frikada



Con Gorka, que ya había dormido (yo no) 

 

Somos un grupo deportivo, aficionados a diversas disciplinas como el running, trail running, ciclismo de carretera, btt, triatlón, montaña... Puedes contactar con nosotros, participar en nuestras quedadas, entrenamientos y seguirnos además en las redes sociales.
 

Envío y solicitud de información:
info@andandaeh.com