Los retos en asfalto ya los he ido consiguiendo poco a poco así que este año opté por adentrarme más en el mundo de las carreras de montaña. Es una disciplina en la que no tienes que estar tan pendiente del reloj por lo que no sientes esa presión de que el cronómetro te va persiguiendo.
Tras una mala experiencia en la "VII Carrera del Ebro", llegaba el momento de dar el salto definitivo y tirarme de lleno en la piscina de las "ULTRA". La elegida fue "II Trails Nogueruelas", un recorrido de 70 kilómetros por tierras turolenses sobre un desnivel de 3.500. Para este reto nos embarcó mi compañero Marcos, que por una lesión, al final no pudo venir. Así que el equipo de valientes estaba formado por: Jorge y Toni de Andandaeh, Oscar de Os Andarines d'Aragón y Patxi de Corredores del Ebro.
Durante toda la semana los nervios los estaba llevando bien hasta que llegó el momento de preparar la mochila con la que iba a correr.¿Que ropa me pongo?¿Pasaré frío?¿Que tipo de comida llevo? Una infinidad de preguntas pasaban por mi mente. Menos mal que iba con cuatro grandes expertos que me ayudaron en todo momento. Además, debido a la climatología, se habían visto obligados a cambiar el recorrido por nuestra seguridad. Durante gran parte del recorrido nos íbamos a encontrar el terreno con nieve, incluso en zonas que llegaban hasta los 40 centímetros, todo esto sumado a grandes rachas de viento. Pero ya no valía ninguna excusa, la mochila preparada, pocas horas mal dormidas y a las 5 sonó el despertador. ¡No intentes escapar, ya no hay marcha atrás! - resonaba en mi interior-, me abrigué y nos fuimos para la salida.
Era aún de noche cuando se dio el pistoletazo de salida por lo que tocaba empezar con la ayuda del frontal. Los primeros kilómetros fueron muy bonitos, empezando a subir en grupo mientras amanecía poco a poco. Al principio todo discurría bien hasta que en el punto 10, un grupo de corredores nos desviamos por una señalización un poco dudosa que nos hizo hacer 2 kilómetros de más hasta que volvimos al sendero correcto.
Nada más reponer en el primer avituallamiento (12km), con las fuerzas renovadas y debido a mi inexperiencia, me fui adelantando a mis compañeros, quedándome solo en el camino. Y de repente apareció la gran protagonista: LA NIEVE. Al principio, me pareció espectacular poder correr en solitario por un gran campo blanco impoluto solo modificado por la estela de pisadas que iban dejando los corredores.
Hasta el avituallamiento del kilómetro 33 disfruté como nunca lo había hecho antes en una carrera. A partir de ahí, todo empezó a endurecerse. El cansancio hacía mella y la nieve, que anteriormente me había parecido espectacular, se estaba tornando en una gran enemiga. Para combatir los momentos duros entra en juego otro de los aspectos más bonitos en este tipo de carreras; el apoyo entre los participantes. Debido a la dificultad de la prueba y al largo tiempo que pasas solo deambulando por el monte, es un alivio cuando te encuentras con otra persona y haces parte del camino con él. En las pruebas de asfalto, como voy dando el 100% no soy capaz casi ni de hablar, pero aquí se agradece tener a alguien con quien poder compartir experiencias. Quiero mencionar sobretodo a Rafa, con el que hice gran parte del recorrido y para mi, el más exigente. ¡Nos vemos en la próxima compañero!
En el punto 38 nos dieron un plato de pasta para recuperar acompañados al ritmo de ¡¡Una charanga!!. A estas alturas de la competición ya me había quedado sin reloj y sumado a que los voluntarios no sabían en que kilometraje nos íbamos encontrando, supuso un desgaste continuo a la ya de por si muy debilitada fuerza anímica. Una vez llegado al último avituallamiento y asegurándonos de que solo nos quedaban 5 kilómetros supe que lo había conseguido. ¡Iba a ser FINISHER!. Este último tramo se me hizo interminable pero ya nada me iba a arrebatar el cruzar la meta. Cosa que hice transcurridas 10 horas y 19 minutos de sufrimiento y alegría por igual.
Al final, por el cambio de recorrido y el desvío inicial, salieron 62 kilómetros y 3000 metros de desnivel. Esto del "ULTRA" es una sensación extraña, ya que durante muchos momentos te preguntas el porqué de forzar tu cuerpo de esta manera y si merece la pena. Si la recompensa es mayor a la dificultad por la que has tenido que pasar. Y solo hay una respuesta: SI. El poner tu cuerpo al limite y ver que si puedes superar esto, quiere decir que eres capaz de conseguir cualquier reto que te propongas.
¡Va por ti PRIMO!
Tiempo: 10:18:57:00
Clasificación general: 104
Participantes: 160
BANDA SONORA DE LA CARRERA