He esperado dos días a escribir mi crónica sobre todo por ordenar la cabecica un poco ya que físicamente no acabé mal del todo ( articularmente fatigado por tanto asfalto y al final con molestias en una planta del pie que esperemos que sólo sea sobrecarga). Pero psicológicamente acabé bastante más tocado, de hecho casi podía haber titulado esta entrada "a poco salimos vivooooossss, pa habernos matao".
Dos días después lo veo todo muchísimo mejor y con ganas de seguir adelante con todos retos que tengo y más. Pero he necesitado desahogarme a base de bien con mi mujer, compañeros, etc y me ha quedado claro una cosa, la ultradistancia no es un juego, hay que prepararse muy muy bien en todos aspectos. Físicamente aún ando falto de energía así hasta la semana que viene toca descanso de zapatilla. Pero vamos a la crónica:
Toda la movida empezó sobre las 23:30 en el final de la calle Alfonso donde habíamos quedado las 4 J (Jordi, Jorge H, Juanito y servidor) con webmaster y los Andandaehs que vinieron a darnos el último empujón y la bandera (muchísimas gracias de verdad, ese apoyo 100%) y ya nos fuimos hacía el arco de salida para recoger acreditación, etiquetas para la mochila, pilotico azul,... y ya saludarnos con todos los demás locos con los que compartiríamos la noche y recorrido (creo recordar que en torno a 49 haríamos la prueba corriendo), gente que vino a animar, (Joaquín, Andrés,...) foticos de rigor y a las 0:00 puntual se dio la salida rumbo a Huesca.
Salimos escoltados por la policía en todo momento para evitar riesgos innecesarios con el tráfico hasta dejar Zaragoza (algo genial ya que el año pasado no fue así según contaban). En esos momentos todo eran risas entre el pelotón (que, echamos algo en la Lopez???, saludos con la gente que iba por la calle diciendo, realmente vais a Huesca??? estais chalados, pues si , lo estamos). Conforme iban pasando kilómetros nos fuimos estirando y pasado San Juan de Mozarrifar Jordi y Jorge H se adelantaron un poco y yo me quedé con Juanito y con los corredores del ebro con los que fuimos intercambiando palabras y sobre todo , como runners bien curtidos en mil batallas, sugirieron que ibamos en general muy rápidos y que luego se iba a pagar caro. Llegamos a Villanueva de Gállego (km 15) y Juanito y yo no paramos en el avituallamiento siguiendo hasta Zuera juntos.
Sobre el km 18 empezamos a adelantar andarines, lo cual fue gratificante en el sentido que nos animaban muchísimo en todo momento y nosotros a ellos. Durante estos kms se había transcurrido por asfalto y camino casi a partes iguales y de momento no había demasiado desgaste de rodillas y articulaciones, todo iba bastante bien. Llegamos a Zuera (km 27)y en el avituallamiento nos encontramos con nuestros compis otra vez. Comimos y bebimos no demasiado y en pocos minutos nos pusimos manos a la obra otra vez para no enfriarnos demasiado.
El camino hasta Almudévar ya se hizo pesadete. Bastante trozo de asfalto hasta casi el km 42 el cual ya empezaba a hacer mella en las rodillas. Teníamos que andar durante unos metros y volver a correr. Menos mal que íbamos los cuatro juntos y se hacía mucho más llevadero. Aunque cuando alcanzamos el último avituallamiento antes de llegar la cosa empezó a cambiar. Quedaban unos 6 kms para Almudévar y andar durante algún trozo más se convertía en necesidad imperiosa. Era peligroso porque el riesgo de enfriarte y no arrancar era mayúsculo a esas alturas de recorrido. Desgraciadamente a falta de dos kms Jorge H dijo que no podía correr más y que necesitaba andar hasta Almudévar. Nosotros no íbamos para nada sobrados pero aun quedaban fuerzas para llegar y repostar un poco y después ya se vería (De verdad que me jodió mucho que no pudieses continuar, tenía la esperanza de que llegaras y recuperases para emprender la marcha, después de leer como llegaste me quedé chafado, ojalá no vuelva a suceder nunca y acabemos todos cualquier reto que nos pongamos). Llegamos a Almudévar (km 57) y cogimos el bocata de panceta acabándolo andando ya que parar en seco mucho rato podía resultar fatal.
Ya era de día (7:00 am). Quedaban unos 18 kms y nos propusimos intentar bajar de las 9 horas. Pero al salir de Almudévar Juanito se fue quedando y Jordi se fue alejando (además el llevaba prisa porque le iban a buscar a Huesca e iba con el tiempo justo). Me volví a juntar con Jordi pero al llegar a 11 kms de Huesca yo apenas daba más de sí y se marchó. Justo aproveché a andar un poco con los corredores del ebro, David llevaba jodido de las tripas desde el km 30 y no podía más que andar y sus compañeros decidieron acabarla con él (chapó por ellos). Posteriormente recuperé un poco y decidí adelantarme y correr porque la cabeza ya me estaba empezando a fallar, solamente quería llegar a toda costa y que acabase este infierno.
Y eso fueron los últimos kms, un auténtico infierno. Empecé con molestias en la planta del pie derecho que solo se me iban andando, con lo que fui alternando entre correr y andar mientras cada vez sufría más. Pero solo quería llegar. Si andaba me agobiaba porque quería llegar, si corría me dolía y tenía que parar a los diez pasos. Así hasta la llegada a la ermita a la cual había que subir para luego bajar, ahí me cambio un poco el chip y ya me lo tome a risa, digo "¡ya lo que me faltaba!", pero ya era el final, esto se iba a acabar.
Y así fue. 9 horas y 25 minutos llegué a la meta. No sabía que sentir, alegría, tristeza por machacar al cuerpo de esta manera, todo era un mar de dudas y confusiones con lo que decidí no pensar nada, no era el momento. Justo vi a Jordi (tiempazo macho) y Jorge que había llegado en furgoneta y se iban ya para Zaragoza. Me fui como pude a duchar y ya vinieron los corredores del ebro y poco más tarde Juanito. Ya me relajé un poco y pudimos charlar más agusto. A las 12:15 llegué en el bus a Zaragoza donde me vino a buscar Marta y al entrar al coche e intentar resumirle la noche, no pude más que reventar a llorar acordándome de lo mal que lo había pasado...
Pero dos días después he recapacitado. Me siento genial. He descubierto por qué quiero hacer esto , tenemos necesidad de buscar límites a modo de retos. Y retos que superamos, retos mayores que nos proponemos. Por el camino se sufre, pero el sufrimiento se convierte a posteriori en felicidad, y mientras esta ecuación siempre se resuelva así, seguiremos en este camino.
Agradecer a todos los que compartimos esta experiencia (en un futuro lejano tal vez...) , y todos los apoyos recibidos de Marta y familia, familia Andandaeh, locos del running, compañeros de kurro, todo el mundo en general, sin ellos hubiese sido imposible.