Más solo que la una me presente en Málaga para correr la cuarta edición del Maratón Cabberty, problemas de logística hicieron que lo que iba a ser un viaje de unos días por la zona se convirtiese en un " ir, correr y volver", pero bueno cuando se alinean los astros en contra de algo no se puede hacer otra cosa que resignarte.
El domingo 8 de diciembre se marcaba la ciudad de Málaga un día de esos que parece que los han pintado a posta para correr una maratón, 17 grados, sol, y ni siquiera una brisilla de mar...El paraíso.
A las 8:30 comenzábamos a correr, mi intención el 3:15 para eso había entrenado, y como si la vida me fuese en ello, entre codazos, salí pegado a los talones de dicha liebre...
Durante los dos primeros km muy apelotonados, tropezones, zancadillas, "huy perdona" y problemillas varios... en el km 2 primera sorpresa de la carrera, la liebre se para en seco y nos dice... seguid vosotros ahora os alcanzo... debía de haber quedado con la novia, porque ya no lo vimos más, así que nos juntamos unos cuantos pulsometros y unos cuantos gps en un grupo y nos íbamos dando los tiempos.
Entré en un grupo que iba demasiado rápido, iban animándose los unos a los otros, se respiraba el buen rollo, y como iba muy entero me quede con ellos...craso error, en maratón no te puedes flipar ni un pelo, y con estos se me fue el pie...pasábamos la media entre el griterío de la gente en 1:33, a este paso correría la maratón en 3:06 y lo mejor era que me sentía "demasiado bien" hubo un momento, que realmente creí que iba a hacer la maratón de mi vida.
Pero como he dicho antes, la maratón tarde o temprano te pone en tu sitio, y a mí en el km 30 ya me tenía medio temblando.
Ahí perdí a mis compañeros de fatigas, aunque el grupo hacía un rato que se iba rompiendo y se iban descolgando corredores, del km 30 al 36 pensé en regular y me metí en ritmos de mi verdadera maratón, hasta ahora había venido rapidísimo.
Pero en el 36 claudique, así de fácil, fundido, muerto... me paré a andar 1 minuto y a recapacitar, me comí un gel, llevaba las pierna como tablas, pero bueno no me había hecho 900 km para eso, así que inicié la marcha volví a correr y me dejé llevar lentamente lo que mi cuerpo me permitía...
De todas maneras yo paré el crono en 42.2 en 3:14, (aún quedaba un trocito para enfilar la meta) y aunque el tiempo de la organización sea algo superior estoy convencido de la maratón que he hecho, que es lo que me vale...entrene duro para conseguirlo y me siento satisfecho.
Por último no quiero dejar pasar que la Ciudad de Málaga me pareció muy bonita, su Catedral, el centro, La Alcazaba y el Gibralfaro, su comida y sobre todo su gente...gente en por todas partes, con una alegría especial en sus venas, y como ejemplo este video mientas me tomaba una tapita.