Últimamente he estado entrenando a ritmos bastante altos, así que decidí intentar bajar mi marca en 10K, la cual estaba en 45 minutos a 40, y así hacer el primer test de la temporada para ver como llevo el entrenamiento para bajar el tiempo en el maratón de Zaragoza.
Así que con esa idea en la cabeza y habiendo quedado a las 9:15 al lado del Pabellón Príncipe Felipe, me baje sobre las 8:45 a trotar un rato por el parque de La Granja por calentar un poco antes de juntarnos, hasta que llego la hora y ya estábamos allí los 4 andandaehros de turno, dispuestos a ir hacia la salida: Tricas (que iba a ir en el cajón Sub 40), yo (que iba a ir en el siguiente cajón siguiendo a Toni Abadía que era la libre de 40 minutos), Frank y su primo (que iban a ir con Mariano Navascués de chino chano, que era la libre de 55 minutos).
Con la manta liada en la cabeza y con el objetivo claro de intentar quedarme lo más cerca posible de los 40 minutos, a las 10 h nos dieron la salida y salimos a toda mecha. El ritmo de salida fue una pasada, fui a la par de Toni Abadía hasta cerca del Km 5 donde decidí bajar un poco el ritmo, porque iba muy fuerte a unos ritmos entre 3:40 min/Km y 3:50 min/km, y mantenerme alrededor de 4 min/km durante el resto de la carrera para acercarme a mi objetivo sin tener que sufrir demasiado innecesariamente, que ya teníamos bastante con el calor asfixiante y lo que picaba el sol, ya que en gran parte del recorrido no vimos ni un ápice de sombra.
En el Km 5 la verdad es que volví a la vida al pasar por el avituallamiento y poder coger una botella de agua, que acabo prácticamente entera derramada por mi cabeza para refrescarme, apenas dándole un trago, ya que lo que en verdad necesitaba más que hidratarme era aplacar el calor. A partir de aquí nos agrupamos varios que llevábamos el mismo ritmo constante y continuamos juntos hasta prácticamente la línea de meta.
Resultado, entre en meta con un tiempo de 41:44 bajando en casi 4 minutos mi marca y con la sensación de que si no hubiera llevado una Ultra en las patas una semana antes, ni hubiera subido al Moncayo el día anterior, ya podría haber sido sub 40 perfectamente, así que para la próxima el objetivo está claro: ¡perder de vista a la libre de 40 y dejarla atrás desde el primer momento!