Me encontraba en el último día para inscribirme a la “XIV Jorgeada” y un gran dilema se debatía en mi interior: Apuntarme a pesar de todos los factores negativos que rodeaban dicha cita o dejarlo para el año siguiente. Como siempre, el corazón pudo a la cabeza y con apenas dos horas para cerrarse el plazo de inscripción, ya era un participante más.
La Jorgeada es una cita mítica para todo aragonés ya que se celebra la víspera del día de San Jorge y une las ciudades de Zaragoza y Huesca (75km). Está organizada de forma impecable por "Os Andarines de Aragón" y la mayoría de los participantes la hacen andando pero siempre hay unos cuantos locos que la prefieren hacer corriendo (Esta vez seríamos unos 50 valientes).
Con apenas tres días de descanso desde KDRTRAIL, me planté en el trabajo con la mochila preparada y los nervios a flor de piel. Mi turno acaba a las 23:00 y la salida de la carrera se hacía una hora después desde la Plaza del Pilar. Me cambié el mono de trabajo por el de corredor y me puse en marcha. En la zona ya estaban casi todos los participantes, entre ellos, mi compañero Jorge deANDANDAEH y una nutrida representación de los Corredores del Ebro.
El reloj de la plaza marca las 12 ¡Empieza la aventura! Los primeros kilómetros transcurren de forma relajada entre risas y música cortesía del coche de policía que nos acompaña hasta Villanueva de Gallego. El primer gran avituallamiento es en Zuera (27km). Hasta aquí llegamos todos juntos y aunque las piernas ya se van notando cansadas, reponemos bien a base de bocadillo de jamón, fruta y seguimos el camino.
Según van avanzando los kilómetros, Jorge, Patxi y yo nos encontramos más frescos y decidimos adelantarnos al grupo. Una vez transcurrida la distancia equivalente a una maratón hay un avituallamiento con un autobús para posibles abandonos, decido ni mirarlo para no caer en tentaciones.
Próximo reto: Almudevar y su famoso bocadillo de panceta. La interminable recta entre cultivos antes de llegar se me hace muy dura, teniendo que parar y andar hasta llegar al pabellón. Después de 7 horas corriendo, la idea de abandonar me empieza a parecer muy factible pero una vez llegado al pabellón, sentarme un rato con mis compañeros y comer, decido que solo me quedan 15 kilómetros y que tengo que llegar a Huesca sea como sea.
A apenas 6km del objetivo, mis tobillos no dan para más y tengo que parar. El dolor es grande pero las ganas de llegar lo son aún más. Mis compañeros han llegado muy fuertes al tramo final y se alejan de mí. Por fin empiezo a divisar el cartel de Huesca. Con el sol pegando fuerte, entro en la capital oscense y me dirijo hacia la ermita de San Jorge donde estaba la meta. Con el animo por los suelos, todo se torna en felicidad al ver a mi padre esperándome en la entrada del parque y seguidamente a mi madre armada con dos banderas de Aragón ondeándolas al viento. Me fundo en un abrazo muy sentido con ellos (al borde de la lagrimita) que me devuelve la energía necesaria para llegar pletórico a la meta.
La aventura me ha costado 10 horas, de todas ellas, la última ha sido una constante agonía pero nadie dijo que esto iba a ser fácil. Lo importante es que hemos llegado y seguramente, pasada una semana, cuando tenga mis sentimientos más ordenados, conseguiré ver lo positivo de la experiencia y empezaré a pensar en nuevos retos.
¡Va por ti PRIMO!
Tiempo: 09:57:00:00
Clasificación general: 31
Participantes: 387