Vaya por delante que estoy nerviosillo. Estoy nerviosillo como hace tiempo que no lo estaba. He recuperado esas sensaciones que tenía antes, esas que se traducen en que los días previos a una prueba le estés dando vueltas contínuamente. Visualizando. Preparando mentalmente. Nerviosillo. En tensión. Y en este caso, por que no decirlo, también un poco acojonado. Y creo que esto es bueno. Cuando pierdes estas sensaciones previas a una carrera, cuando simplemente te plantas en la salida sin más, aumentan las probabilidades de no terminarla, o de pasarlo mal. Y esto es lo que me pasó el año pasado en el Gran Trail del Aneto-Posets. Lo infravaloré. Daba por hecho que iba a ser duro, pero no me había mentalizado de lo duro que podía llegar a ser.
Tal como contaba en este blog hace casi un año, no había clasificado correctamente la prueba. Me encontré de repente con algo que no me esperaba. Y cuando llevaba recorrido un tercio, decidí que abandonaría a la mitad. Este año es distinto. Se perfectamente a que me enfrento. Y no me refiero sólo a estas cifras:
- vuelta al Aneto y vuelta al Posets- 109 Km- 7000 metros de desnivel positivo acumulado (y otros tantos de bajada)- 38 km por encima de 2000 m. - punto más alto: 2900 m. - tiempo estimado: 33-36 horas.
Me refiero también a que soy consciente del tipo de terreno, de la posibilidad de lluvias y tormentas, soy consciente de que estaré dos noches sin dormir, de que mi cabeza dirá "hasta aquí" unas cuantas veces, y espero que diga "hay que seguir" otras tantas, de que avanzaré muy lento durante muchos tramos, que la mochila pesará, que las piernas también pesarán, que se me cerrará el estómago y me costará comer, que terminaré comiendo, que tendré dolores y que se pasarán.... En fin, un montón de cosas que me rondan por la cabeza y que me mantienen alerta desde hace una semana.
Empiezo la medianoche del viernes al sábado. Creo que estoy preparado. Habrá crónica...
Mapa del recorrido
Perfil del recorrido